La artista anuncia que la carrera continental de las Jornadas de Paz y Dignidad concluirá en Teotihuacán el 10 de septiembre Julián Carrillo e Ignacio Romerovargas, genios desperdiciados, dice
LEONARDO PAEZ
Hay individuos que no obstante la fuerza de su personalidad logran seguir siendo personas, es decir, sujetos con sonoridad interior, propia e incopiable, pero que además y sin proponérselo se convierten en personajes, en protagonistas desbocados de una biografía casi inverosímil, que raya en la ficción.
A esa extraña minoría pertenece Estrella Newman, cuya incansable y polifacética labor artística y cultural le dan una particularidad adicional: ser también una institución, una entidad autónoma y perturbadora, capaz de encauzar sus talentos más que hacia una vocación a una misión.
Pintora, escultora, compositora, mexicanista y estudiosa de la filosofía, civilización y mitología de las culturas prehispánicas -"entre todas, la nuestra es la más bella, rica, profunda y natural"-; alumna y amiga de Diego, Frida y Julián Carrillo -"que me transmitieron el amor por la mexicanidad auténtica"-; biógrafa autorizada de la legendaria Graciela Olmos La Bandida, cuyo libro Treinta años de bohemia en México espera editor ambicioso; fotógrafa, productora de videos, viajera, maestra, última alumna de Manuel Rodríguez Lozano y, de paso, novia durante 15 años de Agustín Lara -"viejas iban y venían, pero a mí no me importaba; lo amé por su espíritu creador no por sus obsesiones"-, la Newman parece flotar entre la infinidad de materiales que luego transformará en obras de arte.
En la planta baja de su casa, donde 52 cuadros aguardan para ser expuestos, está la escuela Taller Nuevas Artes Julián Carrillo, que ahora quiere convertir en la Fundación Estrella Newman. Allí reposa una inmensa arpa cuadriforme de dos caras, con sendas encordaduras infinitas. Enseguida coloca sus manos sobre las cuerdas, de las que empieza a sacar sonidos verdaderamente mágicos. Al terminar dispara: "Son todos los sonidos del maestro Julián Carrillo, otro de los genios desperdiciados por México y por la humanidad, no obstante reconocimientos, premios y condecoraciones, y cuya desintegración del sonido es tan importante como la desintegración del átomo. Pero seguimos con los mismos tonos de hace 26 siglos."
Vivir en el desafío
En su estudio-estancia, tapizado de fotografías con famosos, donde entre libros, revistas, pinceles, videocasetes, papeles, lienzos y un frutero, Estrella escombra un sitio donde se realizará la charla.
"Nací en Coyoacán y aquí sigo viviendo. Me casé a los 16 años. A los 17 perdí a mi esposo y a mi hijo en un accidente. Regresé con mi familia, de la que sentí un trato distinto, por lo que desde los 18 años ando solita o, mejor dicho, acompañada cuando quiero y de quien se me pega la gana.
"Entonces me fui a vivir a Contreras, por el tercer Dinamo, pero cuando empezó a aumentar el número de paseantes me regresé. Desde los 18 años no he tenido con quien quejarme, por eso no vivo ni en el pasado ni en el futuro, sino en el desafío de lo que sigue".
-¿Pero seguramente habrás...?
-Mira qué cosa más increíble están haciendo -ataja Estrella, al tiempo que muestra unas fotografías. En Dakota del Sur, toda una tribu trabaja en la elaboración de la escultura Caballo Loco, aprovechando el relieve de una montaña. Al concluirla, será más alta que la Estatua de La Libertad.
Luego, orgullosa, muestra una de sus joyas bibliográficas: Organización política de los pueblos de Anáhuac (Libros Luciérnaga, 1957), de su amigo el doctor en Derecho Ignacio Romerovargas Yturbide.
"Al igual que el maestro Carrillo, Romerovargas no ha sido valorado ni aprovechado por la cultura mexicana. Fíjate, este libro, que nunca fue reeditado, sirvió de inspiración y base para la construcción de las comunas chinas, y le valió al autor un emotivo reconocimiento por parte del presidente Mao Tse Tung.
"La vida política y social que caracterizó a los pueblos de Anáhuac, nunca ha sido difundida con el rigor y la amplitud necesarias, lo que ha originado tergiversaciones, confusión y falsas concepciones que desvirtúan lo que debiera ser un nacionalismo mexicano basado en una filosofía y en una moral que, si bien latentes, han quedado ocultas".
-¿Y esta pieza?, una fotografía de una escultura de tonos rojizos.
-Ah, ese es Cuauhtémoc, una cabeza de jade de 40 kilos de peso que me robaron de mi estudio el 2 de noviembre de 2002. Soy de las contadas escultoras que saben tallar el jade, que por ser un material muy duro y a la vez muy delicado requiere un trabajo especial. Con la venta de esa pieza planeaba editar mi libro y mi video El reencuentro de la raza roja.
Una auténtica videojoya
-¿Qué video?
Sin responder, la maestra Newman coloca entonces un videocaset en la reproductora y comienza una espléndida alegoría de la escritura ideográfica y del pensamiento cósmico por el que se regían nuestros antepasados autóctonos. Dirigido por Víctor Anteo, con música del maestro Julián Carrillo, textos de la propia Estrella, su voz y la de Tina Frenchs, El reencuentro de la raza roja -cuatro trecenas que hacen 52 imágenes donde talento gráfico, dominio técnico y efusión cromática son puestos al servicio de una causa-, es un trabajo sorprendente, homenaje fervoroso, documento riquísimo e impactante, tanto en lo pictórico y auditivo como en lo cosmogónico y filosófico, acerca de las antiguas culturas mesoamericanas. La voz grave de Estrella refleja fuerza, sabiduría y entrega a su clara, ineludible convicción. Más que narrar, comparte vivencias y conciencia.
Entre muchas imágenes más, sobresale un impresionante Cristo calavera crucificado y en la memoria las frases: "Aquí no vino Cristo, vino el cristianismo", y "Hermanos, necesitamos un poco de bondad."
"Eran hijos del Padre Cosmos y de la Madre Tierra, no de deidades castigadoras -abunda Estrella Newman al terminar el video-; como acá nos olvidaron y soterraron, hay a lo largo de nuestro continente una reserva espiritual y moral en los pueblos indígenas que no se ha perdido. Aquí éramos muralistas antes de Cristo. Pero ya lo decía La Bandida: 'O te humanizas o te envileces', no nos queda de otra, como individuos y como país".
Jornadas de Paz y Dignidad
Estrella Newman es también una de las promotoras y organizadoras de las Jornadas de Paz y Dignidad, que consiste en dos carreras de relevos, una sale de Machu Pichu y la otra de Alaska, para converger en Teotihuacán el próximo 10 de septiembre. Posteriormente, el 12 de octubre, se efectua una ceremonia en el Zócalo, para conmemorar el Día de la Raza.
Esta carrera de relevos a través de todo el continente tiene por objetivos unificar a la humanidad y despertar la conciencia al respeto de todas las formas de vida; fortalecer la unidad entre todas las naciones indígenas del norte, del centro y del sur de nuestro continente; informar a todo el mundo acerca del deseo de coexistencia pacífica entre los cuatro colores (razas) de la humanidad, para asegurar nuestra sobrevivencia colectiva, y reconocer los 512 años de fuerza y sobrevivencia de la autodeterminación de los pueblos indígenas para preservar y defender la Madre Tierra, los sitios sagrados, la inteligencia sagrada, la cultura e idiomas indígenas.
Las Jornadas de Paz y Unidad, fueron instituidas en 1992 cuando se cumplieron 500 años del descubrimiento de América, para fomentar la unidad entre los pueblos indígenas y tradicionales de América y Europa.
Publicado en la Jornada 27 de Agosto del 2004